Como se señaló anteriormente, el propósito de la enseñanza de las matemáticas es desarrollar el pensamiento de los estudiantes. L.S. Vygotsky señaló que con el comienzo del aprendizaje, el pensamiento pasa al centro del desarrollo mental del niño y se vuelve decisivo en el sistema de otras funciones mentales.
El pensamiento de un niño de primaria se encuentra en un punto de inflexión en su desarrollo: se está realizando una transición del pensamiento visual-figurativo al verbal-lógico y conceptual. Esto confiere a la actividad mental del niño un carácter dual: el pensamiento concreto, asociado a la realidad y a la observación directa, comienza a obedecer a principios lógicos. Sin embargo, el razonamiento lógico formal y abstracto aún no está al alcance de los niños.
Consideremos, por ejemplo, las peculiaridades de la formación de conceptos en los escolares más jóvenes. A la edad de 6 a 7 años, muchos niños en edad preescolar pueden mostrar correctamente objetos con forma de bola, cubo, cuadrado, triángulo o rectángulo. Pero el nivel de generalización de estos conceptos es bajo: los niños contrastan un cuadrado con un rectángulo, no reconocen la forma familiar de un objeto si el objeto en sí no les resulta familiar o cuando los tamaños de las figuras son muy grandes o muy pequeños. . Los nombres de las figuras a menudo se confunden o se reemplazan con los nombres de los objetos: un triángulo se puede llamar “bandera”, “esquina”, “techo”, etc. Por eso, a la hora de enseñar conceptos, es necesario apoyarse en la experiencia de los niños, aclarar y enriquecer sus conceptos.
Por ejemplo, al estudiar el número 3 se consideran varios triángulos hechos de papel, plástico y madera. Los niños muestran tres lados, tres ángulos y tres vértices de cada figura. Luego ellos mismos modulan triángulos con palos, plastilina o tiras de papel, dibujan en un cuaderno y colorean los triángulos, y encuentran objetos con forma de triángulos. En este caso, el profesor necesita presentar diferentes tipos de triángulos y en diferentes posiciones para su consideración. Esto ayuda a formarse una idea correcta del triángulo.
Para activar la actividad cognitiva, V.A. Sukhomlinsky sugirió que los niños de primaria resolvieran acertijos matemáticos, por ejemplo: “Cabezas y piernas”: las gallinas caminan por el patio y los conejos saltan, en total hay 10 cabezas y 24 patas. ¿Cuantos conejos y cuantas gallinas hay en total? “Halcones y robles”: los halcones entraron volando y se posaron en los robles. Si se sientan en el roble uno a la vez, quedará un halcón, y si son dos a la vez, quedará un roble. ¿Cuantos halcones y cuantos robles hay en total?