Nuevos descubrimientos arqueológicos han demostrado que los humanos somos capaces de sobrevivir en las condiciones más extremas
Los huesos fosilizados de un mamífero blindado gigante y extinto nos dan la última pista sobre cuándo llegaron los humanos a América del Sur. Durante esta época, a finales del Pleistoceno, numerosos animales de gran tamaño habitaban el duro y frío paisaje, incluidos perezosos gigantes, mastodontes y gatos con dientes de sable. Personas perfectamente adaptadas a la sequía y la escasez de recursos; podían desplazarse a lo largo de los lechos de los ríos secos en busca de charcos y presas pastando a su alrededor. Los autores la llaman la “autopista azul”, que funcionó durante los períodos más duros.