Francis Bacon. La mente abandonada a su suerte tiene poco poder
La filosofía de la Nueva Era es la era de la independencia de la mente, su liberación de las autoridades del pasado. Esta liberación se debió en gran medida a la escisión del cristianismo de Europa occidental en el siglo XVI, que creó un territorio “neutral” de pura racionalidad, que las mejores mentes comenzaron a dominar. El deseo de independencia también estuvo presente en el Renacimiento, pero los filósofos de esa época todavía recurrían a fuentes antiguas. Los nuevos pensadores europeos se basan en su propio pensamiento, fortalecido por el conocimiento empírico de la naturaleza. Pero la mente liberada necesitaba disciplina interior. De lo contrario, no podría convertirse en una herramienta eficaz para obtener verdades que transformen el entorno de la existencia humana y conviertan el mundo en un hábitat confortable para los seres inteligentes. No es coincidencia que el problema del método haya pasado al primer plano de la investigación filosófica en los tiempos modernos. Pero pronto quedó claro que no sería posible desarrollar recetas metodológicas inequívocas.