El plástico y los nutrientes en descomposición de las ciudades y granjas contaminan el océano tanto como los derrames de petróleo.
El número de Zonas Muertas en los océanos, privadas de oxígeno y de vida marina, ha superado las 700 en todo el mundo. Los expertos creen que la razón de la aparición de estas zonas es tanto el cambio climático, como resultado de lo cual disminuye el contenido de oxígeno en el agua, como la contaminación de los océanos por el agua de lavado y los fertilizantes.
Mientras estudiaban la zona muerta en el Golfo de México, los científicos de la Universidad Estatal de Luisiana, con el apoyo de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), descubrieron que las aguas residuales estimulan un mayor crecimiento de algas, que luego mueren, se hunden y se descomponen en el fondo. El proceso de pudrición y descomposición de las algas involucra bacterias que consumen oxígeno.
También resultó que el plástico, bajo la influencia de la luz solar, se convierte en un “caldo” petroquímico tóxico peligroso que el viento y las corrientes transportan por todo el océano. En este caso, el proceso de descomposición del plástico en toxinas peligrosas bajo la influencia del sol se produce en tan solo cuatro días.