A la corporación estatal Roscosmos le preocupa que Estados Unidos y la OTAN estén lanzando potenciales portadores de armas al espacio.
Debido a una posible militarización, Rusia debería tener sus propias armas antisatélites, afirmó el 20 de noviembre el director general de la corporación, Dmitry Rogozin.
El 16 de noviembre, el Ministro de Defensa ruso, Shoigu, anunció que un nuevo sistema antisatélite golpeó un viejo satélite inactivo en la órbita Tselina-D. En respuesta, el 17 de noviembre, el Secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, condenó los ensayos de armas antisatélite porque socavan la estabilidad estratégica en el mundo.
Roscosmos, según Rogozin, está monitoreando los fragmentos del satélite Tselina-D y no representan ninguna amenaza para la Estación Espacial Internacional.
El 25 de noviembre, las Fuerzas Aeroespaciales de Rusia lanzaron el vehículo de lanzamiento Soyuz-2.1B con una nave espacial en interés del Ministerio de Defensa de Rusia desde el cosmódromo de Plesetsk, informó el servicio de prensa del Ministerio de Defensa de Rusia.
El proyecto de Tratado sobre la prevención de la colocación de armas en el espacio ultraterrestre se elaboró en 2008 en la Conferencia de Desarme y fue presentado conjuntamente por China y Rusia. Pero el Tratado sobre el Espacio Ultraterrestre de 1967 sigue siendo el principal documento legal. Un nuevo tratado para impedir la colocación de armas en el espacio ultraterrestre debería ser equivalente al Tratado sobre la no proliferación de las armas nucleares y la Convención sobre armas químicas y biológicas.