La composición de la roca de Marte indica actividad volcánica, presencia de masas de agua, organismos primitivos y un entorno estable para el origen de la vida en el pasado.
El instrumento MOXIE a bordo del rover Perseverance extrajo oxígeno del dióxido de carbono de la atmósfera marciana. Esto fue posible porque la atmósfera de Marte está compuesta en un 96% de dióxido de carbono CO2, que puede descomponerse en monóxido de carbono CO y oxígeno puro O2. La descomposición del dióxido de carbono en MOXIE se realiza a una temperatura de 800 °C, por lo que las piezas del dispositivo están fabricadas de una aleación de níquel resistente al calor.
Con el mismo rover se obtuvieron muestras de suelo de la superficie de Marte, explicó Adam Steltzner, ingeniero jefe del proyecto. La primera muestra, 6 de septiembre de 2021, “Mondenier”, la segunda muestra, “Montagnac”, se obtuvo del mismo sitio rocoso el 8 de septiembre.
“Nuestras primeras muestras de rocas indican un entorno estable y potencialmente habitable. Lo realmente importante era saber que había agua allí durante mucho tiempo”, dijo Ken Farley del Instituto de Tecnología de California, especialista en la misión. Los investigadores estaban más interesados en los cristales de sal.
Además, investigadores de la Universidad de Texas creen que el paisaje de Marte se formó a partir de grandes inundaciones antiguas debidas a impactos de meteoritos y asteroides. Debido a la baja actividad tectónica del Planeta Rojo, todavía se pueden observar las consecuencias de inundaciones catastróficas.
Pero incluso antes del lanzamiento del rover, los científicos estudiaron la composición química de los meteoritos marcianos que se desprendieron de la superficie de Marte y terminaron en la Tierra. El análisis mostró que en las profundidades del Planeta Rojo existen ingredientes adecuados para el hábitat de formas de vida microbianas.
Por eso, algunos científicos temen que el suelo de Marte llegue a la Tierra, ya que puede contener microorganismos extraños que provocarán un desastre si entran en los ecosistemas terrestres.
Para evitar desastres, se formó el Comité Internacional Contra el Retorno de Muestras de Marte (ICAMSR). Los científicos que formaron el comité confían en que el suelo marciano no tiene ningún lugar en la Tierra, ya que su seguridad no está garantizada ni siquiera en laboratorios súper secretos.