El 6 de febrero de 2022, un segundo ciclón, Batisirai, azotó Madagascar y mató al menos a 10 personas en el sureste de Madagascar, provocó inundaciones, derrumbó edificios y dejó sin electricidad.
El ciclón provocó fuertes lluvias y vientos de hasta 45 m/s en la costa este. Una de las ciudades más afectadas fue Nosy Varika en la costa este de la isla, donde casi el 95% de los edificios quedaron destruidos y las inundaciones cortaron el acceso a la mayoría de las zonas de la ciudad, dijeron las autoridades.
Según el Programa Mundial de Alimentos (PMA) de las Naciones Unidas, un total de 150.000 habitantes de Madagascar se vieron obligados a abandonar sus hogares destruidos.
Dos semanas antes, la isla de Madagascar y la costa sureste de África estaban bajo el control de la tormenta tropical Ana. Según datos preliminares, como consecuencia del desastre natural, 46 personas murieron, 49 sufrieron heridas diversas y 65 mil personas quedaron sin hogar. En total, al menos medio millón de personas sufrieron las consecuencias de Ana.
El PMA hace hincapié en que la reciente serie de ciclones tropicales es causada por el calentamiento global y está provocando pérdidas de cosechas, aumento de los precios de los alimentos y la consiguiente inestabilidad en la región.