Los expertos de la ONU señalan que el ruido afecta la salud física y mental de personas de todas las edades: provoca alteraciones del sueño, irritación y dolores de cabeza, y también puede contribuir al desarrollo de hipertensión, enfermedades coronarias, diabetes y deficiencias auditivas irreversibles.
Sólo en Europa se registran anualmente 12.000 muertes prematuras y 48.000 nuevos casos de enfermedades coronarias asociadas a la exposición prolongada al ruido. En la ciudad de Nueva York, el 90 por ciento de los residentes que utilizan el transporte público están expuestos a niveles de ruido que exceden el límite permitido de 70 dB. Los altos niveles de ruido interrumpen las comunicaciones acústicas utilizadas por las aves, ranas e insectos urbanos.
Los expertos de la OMS explican: por analogía con el aire y el agua, el entorno sonoro que nos rodea también puede estar sujeto a contaminación; el ruido se refiere a sonidos que causan sensaciones desagradables. La OMS enumera sus principales fuentes en Europa como el transporte (carretera, ferrocarril, aire), las turbinas eólicas y los eventos de entretenimiento.
Estar constantemente en un ambiente ruidoso libera cortisol, la hormona del estrés, que daña los vasos sanguíneos. Como resultado, la resistencia del cuerpo disminuye, lo que a su vez conduce a un deterioro del bienestar y del nivel de vida general.
El ruido afecta las capacidades cognitivas, especialmente en los niños. Un grupo de investigadores de la Universidad de Mainz descubrió que la exposición al ruido afecta negativamente al desarrollo de los niños, especialmente a la atención, la memoria y las habilidades de lectura.
Los autores del informe proponen solucionar el problema con la ayuda de espacios verdes que puedan absorber la energía acústica y disipar el ruido. Las hileras de árboles a lo largo de las carreteras pueden reducir los niveles de ruido en 12 dB. Abandonar el coche y aumentar el uso de bicicletas y patinetes por parte de los ciudadanos es otra opción para reducir el ruido en las ciudades. Al diseñar ciudades, señala el informe, es necesario tener en cuenta todos estos aspectos, construyendo carriles para bicicletas y organizando parques en los que se pueda escuchar el canto de los pájaros en lugar del ruido del tráfico.