Antes del descubrimiento de la nueva bacteria Thiomargarita magnifica, la bacteria Thiomargarita namibiensis, que medía poco más de medio milímetro, era considerada la más grande.
Los bosques de manglares son ecosistemas asombrosos del planeta, distribuidos en zonas ecuatoriales y tropicales. Estos árboles pueden crecer en la frontera entre el océano y la tierra, con sus raíces y troncos sumergidos en agua salada. Un equipo de investigadores del Laboratorio para el Estudio de Sistemas Complejos encontró una bacteria no descrita anteriormente en los manglares de Guadalupe, en el Mar Caribe. Los científicos no se dieron cuenta de inmediato de que se trataba de una bacteria, ya que tenía la forma de hilos visibles a simple vista.
La bacteria no solo era inusualmente grande en tamaño, hasta dos centímetros, sino que también tenía una estructura poco característica de los procariotas: la célula estaba dividida en dos bolsas: la primera contenía ADN y ribosomas, y la segunda contenía agua. Es este saco de agua el que probablemente permite que las bacterias crezcan hasta tamaños tan grandes. Además, la bacteria descrita tenía un genoma muy largo: 11 millones de pares de nucleótidos con 11.000 genes. Normalmente, el genoma bacteriano no supera los 4 millones de pares de bases y los 4000 genes.
Los autores del estudio creen que el descubrimiento puede obligar a los científicos a reconsiderar las características que separan a procariotas y eucariotas. Según ellos, la bacteria descrita destruye la idea de que los procariotas son “las formas de vida más pequeñas, simples y subdesarrolladas: bolsas con proteínas en su interior”.