Las ventas de coches eléctricos están creciendo en todo el mundo; según la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles, las ventas de vehículos eléctricos en la Unión Europea a finales de 2021 aumentaron un 130% y alcanzaron las 356.469 unidades.
El primer argumento de los que se oponen al uso de coches eléctricos es la contaminación medioambiental debida a la producción. Los expertos del Laboratorio Nacional Argonne de Chicago han descubierto que, en términos de su huella de carbono total, los coches propulsados por baterías son mucho más perjudiciales para el medio ambiente que los modelos con motor de combustión interna tradicional. The Guardian informa que una planta minera en la isla de Obi en Indonesia, que extrae níquel, un componente importante de las baterías de los coches eléctricos, ha contaminado las fuentes locales de agua dulce con sustancias tóxicas peligrosas.
El segundo argumento para negarse es que la generación de electricidad requiere carbón y petróleo. Sin embargo, en los estados que desarrollan energía alternativa, nuclear e hidroeléctrica, el ahorro de carbono es mucho mayor y la contaminación ambiental es menor. Por ejemplo, Suiza, que se abastece íntegramente de energía nuclear e hidroeléctrica (100 por ciento), Noruega (98 por ciento), Francia (96 por ciento), Suecia (95 por ciento) y Austria (93 por ciento), registró la menor cantidad de emisiones por el uso de automóviles eléctricos.
La siguiente posición se refiere al reciclaje de baterías, pero empresas extranjeras y rusas ya se dedican al reciclaje. Por ejemplo, en Rusia, el grupo de empresas Megapolisresurs de Chelyabinsk se dedica al procesamiento de baterías y baterías de iones de litio. Y los científicos de la Universidad británica de Birmingham señalaron en un artículo científico de 2019 que las baterías recicladas de vehículos eléctricos de iones de litio podrían convertirse en una valiosa fuente secundaria de materiales.
Recientemente se han desarrollado tecnologías para la carga inalámbrica de dispositivos eléctricos y los coches eléctricos no son una excepción. Volvo ha anunciado que probará la tecnología de carga inalámbrica en el XC40 Recharge en Gotemburgo durante los próximos tres años. Los coches podrán recargarse estacionándose sobre bloques de carga construidos en la calle. Esto permitirá que los vehículos se carguen aproximadamente cuatro veces más rápido que directamente desde un tomacorriente o estación de carga de 110 o 120 voltios.