En la práctica, todavía es muy difícil llevar a cabo el procedimiento de “fertilización virgen” a gran escala: es imposible editar con la misma eficacia todas las regiones del genoma responsables de la supresión de parte del genoma, es decir, de la impronta genómica. Existe una alta probabilidad de que al menos uno de ellos no sea “corregido”, y esto reduce inmediatamente la viabilidad del nuevo organismo resultante.
La partenogénesis es la reproducción entre personas del mismo sexo o “reproducción virgen” cuando las células reproductoras femeninas (óvulos) se desarrollan en un cuerpo adulto sin fertilización. La partenogénesis es característica de un pequeño número de organismos multicelulares, por ejemplo, caracoles, crustáceos, cucarachas, arañas, pulgones, hormigas, termitas, algunas especies de lagartos, anfibios, peces, aves, incluidos algunos pollos. La partenogénesis no se ha observado en mamíferos. La principal ventaja biológica de la partenogénesis es la aceleración de la tasa de reproducción de una especie, ya que todos los individuos de dicha especie son capaces de tener descendencia.
Los mamíferos no parecen ser capaces de reproducirse partenogenéticamente, es decir, de producir descendencia a partir de una sola célula germinal. Incluso en condiciones de laboratorio, nadie ha obtenido todavía tales resultados. Esto se evita mediante la impresión genómica, un proceso durante el cual el espermatozoide y el óvulo colocan marcas epigenéticas en su ADN, como resultado de lo cual algunos genes no funcionan en los cromosomas que el nuevo organismo recibe de su padre y de su madre.
Esta vez, según la tradición, los sujetos del experimento fueron ratones, según publicará la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Los autores del trabajo tomaron ovocitos en crecimiento, es decir, precursores de óvulos, de hembras híbridas. Y les lanzaron “tijeras genéticas” basadas en CRISPR/Cas9. Utilizaron un sistema modificado en el que Cas9 no corta el ADN, sino que lo desmetila, es decir, le elimina las marcas epigenéticas.
Por primera vez, los científicos de Shanghai lograron realizar una verdadera partenogénesis, sin el uso de otras células reproductoras de donantes. Es cierto que observaron que la eficiencia de la tecnología aún es muy baja: para obtener dos ratones viables, tuvieron que implantar 155 embriones en las hembras en la etapa de 3,5 días de desarrollo.