El objetivo del proyecto NIAC es recolectar las muestras necesarias antes de la llegada humana a Marte, prevista por la NASA, la Agencia Espacial Nacional China y SpaceX, para 2040, 2033 y antes de 2030, respectivamente, según las respectivas declaraciones de las agencias espaciales. La llegada humana sin duda complicará la búsqueda de vida autóctona marciana, por lo que desde una perspectiva astrobiológica, estas misiones tripuladas planificadas a Marte han establecido un cronograma muy estricto para la búsqueda de vida en el prístino Marte.
Como se señaló en la Conferencia de Carlsbad de la NASA de 2019, hay buenas razones para creer que:
– La vida se originó en Marte usando la misma química geoorgánica que originó la vida en la Tierra.
– La vida marciana persiste hoy en Marte, en el hielo cercano a la superficie, en altitudes bajas y en cuevas donde hay salmueras líquidas temporales, entornos que sustentan la vida microbiana en la Tierra en la actualidad.
– La vida marciana debe utilizar polímeros de información (por ejemplo, ADN); La evolución darwiniana lo requiere, y la evolución darwiniana es la única manera de organizar la materia para crear vida.
– Aunque el “ADN” marciano puede diferir (quizás radicalmente) en su composición química del ADN terrestre, la “teoría del gen polielectrolito” limita el universo de posibles estructuras de ADN alienígena. Estas estructuras garantizan que el ADN marciano pueda concentrarse a partir del agua marciana, incluso si está muy diluida, e incluso si el “ADN” marciano es diferente del ADN terrestre.
En Marte, tal como existe hoy, los polímeros de información no se pueden generar sin vida (a diferencia de otras biofirmas menos confiables como el metano), lo que garantiza que la vida no será “detectada” si no está presente (la operación del “falso problema”). Sin embargo, como señalan Rummel y Conley, “la comunidad de Marte no está convencida de que una misión para detectar vida marciana existente sea una alta prioridad”. Por eso, la actual misión insignia de la NASA a Marte, basada en los resultados de un estudio de una década de duración realizado en 2012, implica caminar para recolectar rocas viejas y secas que se esconderán y luego se devolverán a la Tierra para estudiar evidencia de vida pasada.
Sin embargo, las misiones tripuladas también presentan oportunidades que la NASA pretende aprovechar. Las misiones tripuladas a Marte utilizarán materiales encontrados en el propio Marte “in situ”, particularmente cerca de la superficie del hielo de agua. A partir de esta agua se producirá combustible (metano y oxígeno) y dióxido de carbono atmosférico para el viaje de regreso a la Tierra. El hielo de agua se extraerá en una escala que oscilará entre decenas y cientos de toneladas. Además, para maximizar la probabilidad de que la tripulación regrese segura a la Tierra, se llevarán a cabo operaciones robóticas para extraer toneladas de hielo de agua cerca de la superficie antes de que lleguen los primeros astronautas humanos.
Por lo tanto, el agua extraída en preparación para la llegada humana se considera correctamente un espécimen astrobiológico de escala extremadamente grande, mucho más grande que las rocas secas enterradas. Debido a que el hielo de agua extraído se entrega junto con el polvo, que barre toda la superficie accesible de Marte mediante tormentas de polvo, esta enorme muestra permitirá de manera efectiva un estudio altamente sensible de toda la superficie accesible de Marte para detectar la existencia de vida. Este proyecto NIAC proporcionará un sistema de “detección de vida independiente” (ALF) capaz de extraer polímeros genéticos (ADN o extraños) de estas grandes muestras de agua de ISRU. ALF es agnóstico porque utiliza lo que la biología sintética nos ha enseñado sobre tipos limitados de moléculas genéticas darwinianas. ALF también ofrece herramientas para el análisis parcial in situ de polielectrolitos.
Como sistema complementario, ALF impone una carga adicional insignificante (en términos de consumo de masa y energía) en comparación con la inversión en extracción de agua a esta escala. A pesar de su pequeño tamaño y bajo coste, este instrumento permitirá a la ciencia establecer un límite estricto e inferior a la cantidad de biosfera en la superficie accesible de Marte. Y esto sucederá antes de que el Homo sapiens se convierta en una especie multiplanetaria. Y “multiplanetario” es el término correcto. Este sistema ALF opcional se puede utilizar en todos los cuerpos celestes donde se producirá agua para buscar y analizar vida, nativa o introducida, terrestre o extraterrestre. Esto incluye Europa, Encelado, la Luna y lugares exóticos de la Tierra.