Las erupciones solares y las tormentas magnéticas representan un peligro real
Aproximadamente una vez cada mil años, la Tierra es golpeada por un evento solar extremo que puede causar graves daños a la capa de ozono y aumentar los niveles de radiación ultravioleta (UV) en la superficie. Durante el siglo pasado, el polo norte magnético se ha movido a través del norte de Canadá a un ritmo de unos 40 kilómetros por año, y el campo se ha debilitado en más del 6%. Los registros geológicos muestran que hubo períodos de siglos o milenios en los que el campo geomagnético era muy débil o incluso estaba completamente ausente.
Paradoja de la corona solar
Los científicos se han preguntado durante mucho tiempo por qué las partículas cargadas y calientes de la atmósfera de nuestro Sol se calientan más a medida que se alejan de la superficie del Sol. Un nuevo estudio puede proporcionar una respuesta al encontrar que la naturaleza súper caliente de la atmósfera exterior del Sol, o “corona”, puede estar relacionada con el comportamiento intrigante de ondas de pequeña escala en este plasma nebuloso. Estas ondas, conocidas por los científicos como “ondas cinéticas de Alfvén” o “KAW”, son oscilaciones ondulatorias de campos magnéticos que se manifiestan en movimientos en la fotosfera del Sol.
Campo magnético y mar
Los zoólogos alemanes han descubierto que los delfines mulares no son inferiores a los tiburones y otros peces en su capacidad para detectar campos eléctricos muy débiles, lo que permite a estos cetáceos utilizar el campo magnético de la Tierra para orientarse en el espacio. Las brújulas submarinas en las profundidades del agua han registrado perturbaciones en el campo magnético de la Tierra.
Los científicos vincularon el desarrollo de la vida con el campo magnético y llegaron a la conclusión de que existen campos magnéticos en otros planetas
El debilitamiento del campo magnético de la Tierra ha provocado una fuerte aceleración en la evolución de la vida multicelular. Se han encontrado pruebas fósiles en Brasil y Sudáfrica de que la fuerza del campo magnético de la Tierra era unas 30 veces menor que los valores actuales al final de la era de Ediacara, hace unos 590-560 millones de años. Una de las características definitorias de la Tierra es su campo magnético. Forma un escudo protector contra las partículas de alta energía emitidas por el Sol y, por lo tanto, puede haber proporcionado a la vida un lugar más seguro para convertirse en la compleja variedad de organismos que vemos hoy.